Benedicto XVI preside misa de Nochebuena; condena la violencia en nombre de Dios

24/12/2012 - 4:19 pm

Ciudad del Vaticano, 24 dic EFE).- Benedicto XVI celebra la tradicional Misa del Gallo en la basílica de San Pedro del Vaticano, la octava de su pontificado, que de nuevo oficia dos horas antes de la medianoche, para evitar fatigarse debido su edad, casi 86 años, y que mañana tiene que oficiar los ritos de Navidad.

En una noche fría, pero clara y estrellada, el pontífice oficia la misa en la que la Iglesia desde la noche de los tiempos conmemora el nacimiento de Jesús.

Benedicto XVI llegó al templo en la peana móvil que ya utilizó los pasados meses para desplazarse por la larga basílica de San Pedro para evitar esfuerzos físicos, siendo acogido con aplausos por los miles de fieles que desde varias horas antes llenan el templo vaticano.

Más de un treintena de cardenales concelebran con el Pontífice.

El rito ha comenzado con un momento de preparación, en silencio y recogimiento, seguido de las calendas, el antiguo texto que anuncia el nacimiento de Cristo, que ha sido cantado al principio de la misa, en latín, por un cantor de la Capilla Sixtina.

Junto al altar mayor, de la Confesión, ha sido colocado un Niño Jesús.

La Capilla Pontificia Sixtina canta en gregoriano y polifonías. La música es la típica de Navidad y la basílica vaticana luce sus mejores galas.

EL PAPA CONDENA LA VIOLENCIA EN NOMBRE DE DIOS Y PIDE AYUDA EN VEZ DE ARMAS

El papa Benedicto XVI condenó el uso de la violencia en nombre de Dios, pidió que en lugar de armamento para las guerras lleguen ayudas para los que sufren, y rechazó que negando a Dios se restablezca la paz.

Ante varios miles de personas que asisten en la basílica de San Pedro del Vaticano a la Misa del Gallo, el Obispo de Roma manifestó en la homilía que “donde no se da gloria a Dios, donde se le olvida o incluso se le niega, tampoco hay paz”.

El Pontífice agregó que hoy en día hay corrientes de pensamiento que sostienen lo contrario, que la religión, en particular el monoteísmo, sería la causa de la violencia y de las guerras en el mundo y que sería preciso liberar antes a la humanidad de la religión para que se estableciera después la paz.

Esas corrientes -añadió- consideran al monoteísmo prepotente e intolerante.

Benedicto XVI añadió que “es cierto” que el monoteísmo ha servido en la historia como pretexto para la intolerancia y la violencia y que “es verdad que una religión puede enfermar y llegar a oponerse a su naturaleza más profunda, cuando el hombre piensa que debe tomar en sus manos la causa de Dios, haciendo a Dios de su propiedad privada”.

“Si es incontestable un cierto uso indebido de la religión en la historia, no es verdad, sin embargo, que el ‘no’ a Dios restablecería la paz. Si la luz de Dios se apaga, se extingue también la dignidad divina del hombre”, subrayó.

El papa alemán agregó que cuando la luz de Dios se apaga, el hombre ya no actúa como hermano, aparece la violencia arrogante y el hombre desprecia y aplasta al hombre, como lo hemos visto en toda su crueldad el siglo pasado”.

“Sólo cuando la luz de Dios brilla sobre el hombre y en el hombre, sólo cuando cada hombre es querido, conocido y amado por Dios, sólo entonces, por miserable que sea su situación, su dignidad es inviolable”, aseguró.

Benedicto XVI subrayó que Dios es la paz del hombre y le imploró que cambien “las espadas por arados, que en lugar de armamento para la guerra lleguen ayudas para los que sufren”.

“Ilumina a la personas que se creen en el deber aplicar la violencia en tu nombre, para que aprendan a comprender lo absurdo de la violencia y a reconocer tu verdadero rostro. Ayúdanos a ser hombres conformes a tu imagen y, así, hombres de paz”, manifestó. EFE

 

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