Mediante vivas semblanzas y el trazado de vastas y polémicas trayectorias, Mexicanos eminentes se ofrece como una aproximación a la historia centrada en individuos cuyos talentos a veces se encuentran cercados por el azar, las pasiones o las circunstancias. José Vasconcelos y Jesús Reyes Heroles, Octavio Paz y Carlos Fuentes, Heberto Castillo y Manuel Clouthier, Julio Scherer y Samuel Ruíz, Alejandro Rossi y Gabriel Zaid, entre otros intelectuales, políticos, artistas, historiadores, periodistas y maestros, remotos y recientes, conforman un detallado mural crítico del acontecer nacional.
La biografía es un género inusual en esta tradición y lengua, pues si bien nuestra vida pública ha sido muy privada, nuestra vida privada ha sido muy poco pública. Por eso este conjunto de ensayos biográficos, que permiten revalorar concepciones de México, el mundo, el poder y la creación, no es sólo un retrato colectivo generoso y justo con esfuerzos que merecen nuestra atención permanente, sino también un apasionante repaso de nuestras virtudes cívicas, un abrazo de los hombres entre el humo de las querellas y la mentira.
Al respecto, el propio Krauze dice: “De niño y hasta los años de juventud leí en la escuela la Biblia como lo que es: una sucesión de biografías del poder, el saber y el creer. Ya en El Colegio de México, mis maestros me formaron en una cultura historiográfica mucho más amplia, que si bien no desdeñaba la biografía sí la consideraba, hasta cierto punto, una especie de hermana menor. En esos años comencé a leer los retratos intelectuales de Isaiah Berlín y me adentré en la riquísima tradición biográfica anglosajona. Recuerdo dos libros cardinales: To the Finland Station –la gran historia biográfica del socialismo, escrita por Edmund Wilson– y esa obra maestra de la ironía histórica: Eminent Victorians de Lytton Strachey. A partir de entonces no he hecho otra que seguir sus pasos.
“Mexicanos eminentes es la bitácora de esa emulación. Hace veinte años comencé a escribir variantes breves de la biografía: ensayos y retratos. La mayoría los publiqué en la revista Vuelta, otros en La Jornada, más tarde en Reforma y El Norte, y finalmente en Letras Libres. Sólo unos cuantos fueron recogidos en libros, sobre todo en Caras de la historia y Por una democracia sin adjetivos. Ahora los reúno en un volumen cuyo título no tiene, a diferencia de Strachey, intención irónica. No pretendo, por supuesto, haber incluido en él a todos los mexicanos eminentes, pero sí creo que todos los mexicanos incluidos en él son eminentes. La selección fue, desde luego, más arbitraria y circunstancial que planeada. Hay personajes remotos y recientes, políticos e intelectuales, artistas, historiadores, periodistas, editores y escritores, maestros y maestros de mis maestros, todos admirables, casi todos admirados. En el elenco advierto la presencia de varios amigos: trazar su silueta, intentar comprenderlos, ha sido una forma de continuar mi conversación con ellos y homenajearlos”.
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Enrique Krauze. Historiador y ensayista, nació en la Ciudad de México en 1947. Es ingeniero industrial por la UNAM (1969) y doctor en Historia por El Colegio de México (1974). En 1977 ingresó a la revista Vuelta como secretario de redacción y en 1981 se convirtió en el subdirector, puesto que ocupó hasta diciembre de 1996. En 1991 fundó la Editorial Clío y en 1999 dio a la luz, como director, a la revista Letras Libres.
La resonante acogida que críticos y lectores dispensaron a Siglo de caudillos (IV Premio Comillas. Andanzas 207/1), Biografía del poder (Andanzas 207/2) y La presidencia imperial (Andanzas 207/3), tiene su eco en la publicación sistemática de su obra como historiador, ensayista y biógrafo en Tusquets Editores, preludiada por la antología La historia cuenta (Fábula) y continuada con Caudillos culturales en la Revolución Mexicana (Andanzas 207/5), Mexicanos eminentes (Andanzas 207/6), Tarea política (Andanzas 207/7), Daniel Cosío Villegas. Una biografía intelectual (Andanzas 207/8) y Travesía liberal (Andanzas 207/4).
En 1990 ingresó a la Academia Mexicana de la Historia. En 2003, el gobierno español lo condecoró con la “Gran Cruz de la Orden de Alfonso X, el Sabio·. Desde abril de 2005 es miembro de El Colegio Nacional.
