“Los Magnificat” con Horacio Franco en Bellas Artes: un concierto que queda para la historia

18/07/2012 - 12:00 am

Por Mauricio Rábago Palafox

MÉXICO, D.F. (Proceso).- El célebre flautista mexicano Horacio Franco (1960), en su modalidad de director, ofreció el 6 en la sala principal del Palacio de las Bellas Artes un único concierto con dos Magnificat: El de J. S. Bach (1685-1750) y el de Vivaldi (1678-1741) con el grupo instrumental Cappella Barroca de México y el Coro de Madrigalistas del INBA.

El resultado nos ha dejado boquiabiertos. No habían sonado así de bien estas obras en nuestro país antes de Franco, y es que él es un especialista en música barroca; los directores de antes eran “todólogos”: Dirigían desde música medieval hasta contemporánea y lo hacían aceptablemente bien, pero desde hace décadas comenzaron a aparecer los especialistas.

El Coro de Madrigalistas no solían cantar de esa manera; al respecto comentó Franco para esta columna:

“Trabajé un año como director eventual de Madrigalistas, un grupo de excelentes cantantes cuya educación vocal convencional y tradicional nunca estuvo en principio encauzada hacia las técnicas vocales anteriores a la ópera –gran deficiencia educativa del aún atrasadísimo sistema mexicano de educación musical profesional–. Ha sido un reto que he tomado con paciencia, dedicación y, sobre todo, con la colaboración incondicional, disciplina y entrega de éste grupo, les he demostrado que con una técnica vocal funcional se puede cantar cualquier tipo de música siempre y cuando entiendan la razón estética de cada música que se canta. No importa si es siglo XV, XVIII o XX.”

Por su parte, Lourdes López, miembro de la agrupación coral, dijo:

“Horacio Franco ha sido el director más influyente que hemos tenido, un verdadero ente transformador que nos ha aportado muchísimo, un músico enorme. Cada año lo invitamos a dirigirnos algunos conciertos.”

Las partes escritas por Bach para cantantes solistas fueron interpretadas por miembros de Madrigalistas, quienes realizaron un trabajo muy notable, en especial el tenor David Orlando Pineda con un “Deposuit” de antología a gran velocidad.

La pequeña orquesta que acompañó a los cantantes fue la Cappella Barroca de México (antes Cappella Cervantina), fundada y dirigida por el mismo Franco que ya se vislumbra como la primera agrupación especializada en música barroca con instrumentos e imagen sonora propios de los siglos XVII y XVIII. Sus integrantes trabajan a partir de apoyos gubernamentales y privados, y tratan de consolidarse bajo un modelo de autogestión que dé como resultado el establecimiento de un grupo permanente con un proyecto académico real, con una mística y metodologías ejemplares, reuniendo tanto músicos consumados como jóvenes becarios que quieran especializarse en ésta música.

Un concierto que queda para la historia, pleno de momentos de genialidad artística de los que adolecen casi siempre los directores extranjeros que nos han invadido.

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