El 1 de julio, PRI y PAN se disputan Monterrey, mientras la izquierda repunta en Nuevo León

30/06/2012 - 12:16 am

MONTERREY, N.L., 29 de junio (apro).- En la batalla electoral del domingo 1 de julio, en Nuevo León destacan dos vertientes: la disputa por Monterrey entre el PRI y el PAN, y el anunciado repunte de los partidos de izquierda en la elección presidencial.

En el ámbito estatal, de los 51 municipios, el PRI mantiene la jerarquía con 33, seguido por el PAN con 15. Lejos, Nueva Alianza (Panal) tiene dos y Movimiento Ciudadano, una alcaldía.

En el área metropolitana, el PAN tiene prominencia en la mayoría de los municipios. Le han pertenecido, por larga tradición, San Pedro y San Nicolás, y en los pasados comicios recuperó Santa Catarina. Pero el PRI mantiene un fuerte bastión en Guadalupe y en los ayuntamientos periféricos de Escobedo, Apodaca, García y Cadereyta.

Sin embargo, es en la capital del estado donde se libra la contienda mayor. Por el lado del PRI, aspira a la alcaldía Felipe Enríquez Hernández, un diputado federal con licencia que tiene, como principal carta política ser compadre de Enrique Peña Nieto, el candidato priista a la Presidencia de México. Se le reconoce como operador político del PRI.

La revista Proceso publicó en su edición 1837 (enero de 2012) que Enríquez Hernández participa en la construcción de un megaproyecto turístico de mil 400 millones de dólares para construir en los próximos 12 años 9 mil 600 cuartos de hotel en 221 hectáreas en el municipio Isla Mujeres, de Quintana Roo.

Detrás del denominado Proyecto Soto Lindo se encuentran, también, el exgobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, y el empresario Arturo Bojórquez León.

El reportaje de Proceso señala que en la trama inmobiliaria está involucrado el exgobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, actualmente preso en Estados Unidos, quien se ostentó como propietario de 19 hectáreas de Isla Blanca, que vendió por 169 millones de pesos, a finales del 2008, a Hugo Flores Toba, cuñado de Enríquez.

El mismo candidato declaró recientemente a la prensa local que es rico de abolengo, pues su familia de ha dedicado al negocio de bienes raíces desde hace décadas.

Pero además de los cuestionamientos a su fortuna debe enfrentar la inconformidad ciudadana del manejo de la inseguridad que ha hecho el gobernador de su partido, Rodrigo Medina de la Cruz, con quien las cifras de delincuencia organizada han alcanzado sus máximos niveles históricos.

Frescas están en la memoria colectiva las masacres del Casino Royale, el 25 de agosto del año pasado que dejó 52 muertos. La matanza en el penal de Apodaca, el 19 de febrero, con saldo de 44 internos ejecutados. Y el hallazgo de 49 cadáveres mutilados en Cadereyta, el 13 de mayo.

Su contrincante por el PAN es Margarita Arellanes Cervantes, una poco conocida exdelegada federal de la Secretaría de Desarrollo Social que desde el año pasado, cuando se mencionaba su posible nominación, arreció una campaña de promoción presentándose en revistas de sociedad.

Nunca ha participado en una contienda electoral. Anteriormente ocupaba un puesto administrativo en Sedesol y más atrás fue asesora de los diputados locales de Acción Nacional.

Como integrante del grupo que actualmente comanda Acción Nacional en la entidad, conocido como neocúpula, Arellanes Cervantes enfrentaba al inicio de la contienda, un problema político de proporciones mayores: aspiraba suceder a Fernando Larrazabal Bretón, el polémico edil que el año pasado fue involucrado en el escándalo de los quesos.

Jonás Larrazabal, hermano mayor del alcalde, fue exhibido por cámaras de seguridad de un casino recibiendo dinero, aparentemente de sobornos. Días después, en fotografías fue exhibido también el secretario de Desarrollo Humano, Miguel Ángel García, delfín del presidente municipal panista.

La dirigencia nacional del PAN operó para que Larrazabal dejara la alcaldía a cambio de darle la candidatura por el Distrito 10 federal, en poder del PAN desde hace muchos años. El lugar en el ayuntamiento fue ocupado por uno de sus incondicionales, Jaime Antonio Bazaldúa, quien era su secretario de Administración.

Larrazabal Bretón pasó prácticamente desapercibido en esta campaña. Tuvo escasas presentaciones públicas y con ello ayudó a que Arellanes hiciera campaña sin tener que soportar las acusaciones en contra de quien aspira a suceder.

En San Pedro, donde el PAN gobierna desde hace más de 20 años, se espera el triunfo de Ugo Ruiz, quien fuera funcionario del actual alcalde Mauricio Fernández. Competirá contra Othón Ruiz Montemayor, un experimentado administrador que en este sexenio estatal fue posicionado secretario de Finanzas para darlo a conocer antes de lanzarlo, con escasas posibilidades, a buscar la presidencia sampetrina por el PRI.

En Guadalupe de acuerdo con sondeos locales, hay amplias posibilidades de triunfo para el diputado local del PRI con licencia, César Garza Villarreal, quien ha sido dos veces alcalde de Apodaca. Su rival, Judith Díaz, senadora con licencia, de imagen poco conocida, parece que será superada por el voto duro priista.

San Nicolás, según los mismos muestreos, luce ganada por Pedro Salgado, exdelegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), quien tiene como principal capital político ser hermano de Zeferino Salgado, integrante del grupo llamado “santísima trinidad” que maneja el panismo nuevoleonés.

Santa Catarina tiene una contienda cerrada entre la exalcaldesa Irma Adriana Garza, priista integrada al grupo de Natividad González Parás, y Víctor Pérez, diputado local con licencia integrante de la “neocúpula” panista.

Las senadurías parecen otro rubro definido. Se espera que obtengan el triunfo las priistas Marcela Guerra, diputada federal, e Ivonne Álvarez, la alcaldesa “chapulina” de Guadalupe. Por el PAN se colará como primera minoría el panista Raúl Gracia Guzmán, quien junto con Larrazábal y Zeferino conforman la “santísima trinidad” panista.

Buscan izquierdas repuntar

El 1 de julio en Nuevo León, 3 millones 324 mil 155 electores elegirán presidente de la República, cuatro senadores, 12 diputados federales y 42 locales, y 51 ayuntamientos.
Hay 4 mil 077 candidatos registrados para elecciones locales y habrá dispuestas para el electorado 5 mil 671 casillas en la entidad.

La elección presidencial se intensificó con los cierres masivos en la Macroplaza de los candidatos López Obrador, de la coalición Movimiento Progresista; Peña Nieto, del PRI, y Josefina Vázquez Mota, del PAN.

De presencia tradicionalmente marginal en Nuevo León, los partidos de izquierda buscan subir en el puntaje electoral de la mano del candidato de la coalición Movimiento Progresista.

En la contienda del 2006 Felipe Calderón, del PAN, obtuvo 15 millones 284 votos; y derrotó a López Obrador, quien registró 14 millones 756 mil 350. La diferencia de sufragios fue de 243 mil 934 votos equivalentes al .58 por ciento.

Roberto Madrazo, del PRI; se quedó lejos con 9 millones 301 mil 441 votos.

En esa contienda, los números fueron diferentes en Nuevo León. Calderón obtuvo el mejor resultado con 865 mil 006 boletas, pero el segundo lugar lo obtuvo Madrazo, que acumuló 488 mil 402. Muy rezagado quedó López Obrador, con 282 mil 384 votos.

La semana pasada, en la conferencia de prensa previa al magno cierre de López Obrador en Monterrey, el senador Alberto Anaya Gutiérrez, dirigente del PT, afirmó que en esta ocasión la izquierda se impondrá en el norte del país, territorio que tradicionalmente ha estado vedado para el PRD.

El líder petista aseguró que en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua Sonora y Baja California, han obtenido resultados alentadores en las encuestas que, dice, recabó durante los días de campaña.

La voltereta sería espectacular, pues en la pasada elección en todos esos estados el PAN obtuvo una victoria abrumadora. Incluso, en Tamaulipas, enclave priista, el actual presidente se impuso por casi 15 puntos al tabasqueño.

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